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miércoles, 2 de julio de 2008

Carnet de Seis Dígitos.


Entré a la Universidad en el año 2003. Con sólo dieciocho años, carro y amigos alcohólicos. Los ingredientes para que una persona como yo decidiera tomar todas las decisiones equivocadas. No pasó mucho tiempo antes que descubriera que en la asistencia a clases no era necesaria, y que en la carrera pueden conseguirse buenas notas con tal de leer el material. (ERROR)
Mis primeros tres semestres fueron catastróficos. Ir a la universidad era sinónimo de buscar compañeros de tragos o cualquier otro plan. (que muchas veces empezaban desde las ocho de la mañana, ellos saben quienes son...) Las materias pasaban por mi pero yo no por ellas. La carrera no me interesaba y la mayoría de las materias me parecían inútiles.
Cuarto semestre fue el peor. Tres materias raspadas, consecuencia de incontables inasistencias y falta de motivación. Hablé con mi mamá, con mis amigos y pensé que definitivamente ésto NO era lo mío, a la carrera me refería. Busqué otras opciones, pero mi mamá me rogó y me dijo, por favor estás ya a mitad de camino, si terminas prometo conseguirte ese trabajo que siempre has querido con esa amiga mía. (Esto por supuesto fue sólo para convencerme)
Los siguientes semestres tuvieron materias y profesores más interesantes. No puedo decir que estaba motivada, pero si me interesaban más algunas asignaturas. De igual manera, no cambió mucho el panorama. Inscribía 4 o 5 materias por semestre y estudiaba sólo en vísperas de exámenes.
Hace dos semestres, todo cambió. Mis compañeras (con las que he debido estarme graduando la semana que viene) comenzaron a hacer sus proyectos de tesis y a inscribir sus últimas materias. También debía decidir que diplomado hacer. Mis opciones eran: Economía Social, Administración y Gerencia, Traducción y Ciencias de la Educación, Filosofía, Política y Ciudadanía, y Política Exterior. Aquí no hubo vacilación. Escogí, sin duda, política exterior.
Es la mejor decisión que he tomado. Los profesores de mis dos últimos semestres y específicamente de el diplomado son personas a las que admiro profundamente. Las materias me llenan todos esos espacios en blanco que me dejaban materias como "Lógica" o "Proyecto Emprendedor". Son clases necesarias desde mi punto de vista. Conocimientos que necesito tener y que he aprendido afortunadamente de los mejores. Las clases del profesor Camero y del profesor Mondolfi no las voy a olvidar nunca. Así como celebro públicamente haber tenido el placer de haber recibido clases del profesor Fernando Gerbasi y de Arráiz Lucca.
El último día de clases con Arráiz quise acercarme y decirle, "Profesor, ha sido un verdadero placer." pero había mucha gente en el salón y decidí reservarme mis comentarios. De verlo otra vez le diría que él ha sido él único que ha conseguido interesarme por la historia de Venezuela desde la época de la Colonia.
Fue hace dos semestres que tomé la determinación de graduarme.
Ahora, las irresponsabilidades de los semestres anteriores me pasan factura. Este semestre que acaba de terminar tuve que inscribir nueve materias que me quitaron muchas salidas y muchos viajes a la playa, pero que cada vez me acercan más a puertas de mi graduación. He tenido en dos semanas dos nivelaciones (de francés en inglés) y el examen que menciono en mi post anterior, pero ya siento que saboreo el triunfo. Es verdad que mientras curso verano, mis amigos disfrutan de sus vacaciones, pero ya no voy a ser "la del carnet de seis dígitos", ya si Dios quiere, por fin voy a terminar!

2 comentarios:

Beatriz E. Moreno dijo...

Yo soy una de las del carnet de 6 digitos que no tendra la satisfaccion de graduarse de la metro en pregrado! Pero quien quita si termino haciendo un postgrado alla! lo veo dudoso pero quien sabe!
YA FALTA POCO, Congrats!

ArrozConMango dijo...

Jajajaj Gracias, Bea!
Celebraremos juntas cuando toque!